jueves, 14 de agosto de 2008

Breve tratado sobre las brujas y sus características


Mi madre, (hija de un maestro rural de la zona mazahua) me refiere que en la Ciénega lugar limitrofe entre el Estado de México y Michoacán y de hecho en toda el área mazahua se contaba que las brujas eran conocidas mujeres que traian la desgracia.

Éstas se alimentan en la noche de la sangre de los niños ayudadas por la oscuridad y lo solitario y frío de los caminos , si uno no tomaba sus precauciones en cuanto a la protección de los hijos podian ser victimas de estos personajes que bailan entre el inframundo y el mundo de los hombres.

Dicen que un hombre que se casó con una mujer extraña empezó a sospechar que era una bruja y comenzó a vigilar que hacía:

Ésta, ya muy noche esperaba a que el marido se durmiera, entonces iba al fogón donde le cocinaba y alli se arrancaba las piernas y se ponía patas y alas de guajolote; las piernas las escondía abajo del fogón para que el marido no se enterara y salía a volar y a perjudicar.

Cuentan que la madre de esta mujer también era bruja, que le viene de alli y que cuando salía de noche iba a visitarla.

Al enterarse el marido una noche finjió que dormía y esperó a que la bruja se fuera volando con alas y patas de guajolote, entonces buscó las piernas que estaban escondidas, predió el fogón y las quemó dejandole cenizas, finalmente volvio a acostarse y espero a que llegara la bruja.

La bruja al llegar no encontró sus piernas y deseperada las buscó por todos lados y como no las hayó se fue a acostar pero se tapó todo el cuerpo.

A la mañana siguente el marido le pidió que le hicera café por que se iba al cerro y ella no quizo levantarse el insistía una y otra vez pero ella no se levantaba, hasta que le qutó la cobija y la vio hecha bruja.

Así termina esa historia, muchas veces que la escuché de niña no supe si había otro tipo de final y no se que haría depués está mujer con esas piernas.

Mi madre dice que cuando era niña en una casita lejos vivían porfiria y alejandra, dos hermanas solteras y viejas, amarillas como la cera y con las piernas llenas de llagas, todos decía que se quitaban las piernas, por lo tanto los niños les tenian miedo.

Por mi parte puedo decir que el olor de las brujas es como de gallinero como de guajolotes, asi me di cuenta que la viejita del estanquillo que duerme con los ojos abiertos era una bruja.




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SOBRE EL RETABLITO BARROCO

Este Retablito Barroco se abre al espectador como una bitacora donde se va planeando una propuesta cultural, es un ameno relato reticulado de cuerpos y calles.